Esta tarde he ido a ver la nueva película de Leos Carax. Es totalmente recomendable para cualquiera que le gusta el cine, pero que no espere ver una película narrativa clásica, lineal o del estilo. De todos modos, aún no me siento capacitada del todo para hacer una crítica cinematográfica que valga la pena. Sin embargo, películas de esta talla aportan distinción a la entrada de hoy.
Hoy me gustaría considerar como "inaugurado" el blog. Pues hoy, además, ya se ha enterado toda mi familia de que me voy y tengo el billete a Ginebra comprado. Llevo días pensando cómo titularlo. Aunque el resultado final no me convence del todo, se puede decir que tengo menos imaginación que una ameba y además, me he visto obligada a explotarla al máximo todos estos días.
Decidí titularlo así porque ayer mi madre me contó una anécdota en la que mi padre, que no quiere que me vaya, dijo que ya volé del nido. Me hizo gracia, porque sé y sabemos que esto es temporal, más quisiera yo volar definitivamente. De todos modos, le aporta cierto dramatismo a la partida. Aunque el drama dura bastante poco, porque mi cama ya tiene dueño antes de que la haya abandonado.
Y sin darme cuenta, el fin de semana ha pasado volando (creo que estoy abusando de esta palabra) y yo, con mil obligaciones por hacer, sólo me he dedicado a la vida contemplativa: fiesta de despedida número 1 (porque es la primera de muchas más, con la excusa estaré más de un mes despidiéndome), cine, merienda familiar, películas. Es duro esto de intentar ser responsable.
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