A pesar de que las horas no son las más adecuadas, para no variar, y de que debo estar cumpliendo con otras obliganciones, para no variar, aquí estoy pasando el rato.
El otro día mi abuela me preguntó que cómo hablaría conmigo, si iba a quitarme la línea de teléfono. La comenté que hablaría por Skype, (a través de una cámara, obviamente no iba a decirle el nombre del programa) y por e-mail con mis padres, que llamaría de vez en cuando y que no se preocupara. "¿Hay de eso? ¿Y dónde se te ve? ¡Pues habrá que ir a casa de tus padres para verte, por allí por la cámara!". Señoras y señores, mi mudanza hará usar Skype a mi abuela.
Me imagino una reunión familiar en la que yo esté presente a través de Skype. Los fuera de campo y de cuadro serían constantes. Un claro ejemplo, por cierto, de lo que llevan cuatro años contándonos.
Mañana último día de rodaje (parezco profesional y todo). A ver si sale todo bien y puedo mostrar orgullosa un corto que tanto mis compañeras como yo hemos hecho con toda la ilusión del mundo. Y con mucho insomnio, al menos, por mi parte.
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